Dos mil y una estrofa >

VIII
Recuerdo que solo un gesto
En el que me pedias un beso
No te lo quise dar
Por que de tu corazón
No me debía fiar

IX
En una escalera
Que subía a tu casa
Esperando a que que pasaras
Para poderte ver
Sujetando entre mis manos
Una flor, que se quería marchar
Porque sabia que tú no ibas a llegar

X
Contaría cada granito de cada desierto
Las burbujas de todos los océanos
Todas las transparentes gotas de los ríos
Que mueren el mar, donde
Me puedo refugiar del verbo amar
Por que el verbo que empleaste
Fue, abandonar

XI
Un jardín con rosas, hermosas
Tantas, sin saber cual escoger
Cada uno de un color, diferente
Como mariposa, fui buscando
Algo que acabé encontrando
Ella solitaria era una amapola
Que se sentía desolada, sola
Fue verte y pensar en besar
Era perfefcta, buena amante
Era una locura cuando
Tenía tu cuerpo junto al mio
Tenia tus besos en mis labios
Solo diez minutos de placer más
Quisiera que no te fueras jamás

XII
Solo el tiempo nos puede separar
Y luego recordar lo que pasó
En nuestra imaginación cada noche
Nos besamos en sueños
Como una ola inmensa en el mar
Quiere llegar a la roca sin más

XIII
Un arcoiris sin color apareció
El cielo de repente se nubló
Me dijieron tus ojos que todo empezó
Y todo nuestro entorno se volvió de color
Colo intenso, como tu mirada
En ese mi cuento, eres simplemente mi hada