Me encantas.

Me encantas.

Solitos los dos.

Solitos los dos, íbamos paseando

por un campo plagado de maleza,

encontramos una roca donde me senté,

y bajo las ramas de un acebuche, te besé.

Nuestras risas ponían sonido,

a una pequeña tarde soleada

en la que tres horas,

se convirtieron en nada.

No sabía si estaba soñando,

o si tu voz era real

pero hoy he despertado,

sabiendo que fue de verdad.

Solitos los dos, tu y yo.

Cuando tu casa está sola.

Cuando tu casa está sola
y tus padres ya se han ido
yo me alzo con mi chaqueta,
y busco la botella de vino.

Cuando tu casa está sola,
quieres que te haga compañía
mi corazón no se lo piensa,
camina, se bosa de alegría.

Cuando tu casa está sola,
soy un inmigrante ilegal
que se pierde por los pasillos,
y encalla en tu sofá.


Cuando tu casa está sola,
me entretengo con tu risa
me dejo caer en tu cama,
en busca de alguna caricia.
.

"Chico de la rosa roja 1".

Ésta semana, hace un año, estábamos en Granadilla, ese maravilloso pueblo del que nunca me olvidaré, del que hice una poesía y conocí a personas que verdaderamente valen la pena y de las que cada día recuerdo al ver la foto de todos juntos. Uno de estos días, escribí una carta a una chica, una chica que me encantó conocer y que siempre me acordaré de los momentos que viví allí con ella. La carta la plasmaré tal y como la escribí ya que guardé una copia de recuerdo. Ésta carta se la entregó la  mensajera del pueblo, junto con una rosa. Mi amigo también hizo lo mismo y por eso fuimos Los chicos de la rosa de Granadilla.

"Hola, primero decir que somos dos chicos, chico de la rosa roja 1 y 2. Eso es un mensaje privado, que me gustaría que solo conservaras tú. Decirte que me he fijado en ti porque sinceramente me encantas, seguramente habrá mejores, pero dudo que alguien que se parezca a mi, puede que alguna vez te vea por casualidad, pero la distancia marca nuestro destino.
Y que contar de ti, que ¿sabes por qué las estrellas salen por la noche? por que envidian tus ojos que deslumbran por de día... Esta rosa simboliza la pasión y las ganas de llevarte de la mano por las oscuras calles de este pueblo y sentir el calor de tu cuerpo. Me gustaría verte una noche y al menos hablar. Si te ha atraído esta carta responderme lo antes posible, sino guardarla como recuerdo o pártelo en mil pedazos y recuerda que un chico te quiso mirar bajo las estrellas de Granadilla. "

(La semana del 6 de Noviembre de 2009). 

Después de la carta, me gustaría contar la anécdota de ésta historia. Yo y mi amigo se nos ocurrió la maravillosa idea de escribir las cartas, que fue, creo yo, el detallazo de Granadilla, pero la idea de coger la rosa no fue tan maravillosa, aunque a las chicas seguro que les encantó. Comíamos sobre las 9 de la noche, y antes de ir al comedor, cogí mi linterna, saltamos por nuestro balcón y fuimos a donde creíamos haberlas visto, y sí, corriendo para que no nos vieran, y vigilando, nunca olvidaré esa carrera que eché y al amigo que tenía al lado. 
                                                             INOLVIDABLE

Casa abandonada. Cap3

Y allí estábamos, los cuatro mirando a la casa. No recuerdo bien si la luna era completamente llena, pero su luz era lo suficientemente fuerte para alumbrar tenuemente el interior de la casa.
La pregunta era, ¿Quién iba a subir el primero? Bueno, pues como Alex era el que más miedo tenía no participó en las manitas, así que Dani, Adri y yo, hicimos manitas. Uno..dos..tres.. ¡manitas!, Dani y yo pusimos las manos con la palma hacia abajo y Adri hacia arriba, él tendría el honor de subir el primero hacia el balcón.

Adri subió, no tardó mucho, en cuanto subió, ya nos estaba diciendo que subiéramos, y el segundo¿Quién fue?, pues, no me lo explico yo tampoco, fue ¡Alex!, se le saltó la vena de valentía y subió con dos pares de cojones. Ya arriba los dos, quedabamos Dani y yo abajo, yo estaba grabando como subian, así que guardé la cámara en mi mochila. Dani subió sin apenas darme cuenta con mi mochila. Solo faltaba yo, era el último en subir, así que con un manojo de nervios, subí. Cada franja del balcón, como si fuera un escalón, ya pasado el primer balcón tocaba agarrarse al otro y impulsarse hacia arriba. Todos estábamos arriba
Nos encontrabamos los cuatro subidos, pero Alex vio algo raro dentro de la casa que le hizo bajar, de lo que le siguió Adri, así que solo quedabamos Dani y yo, los dos últimos, los dos que quedamos.Él y yo solos en el segundo piso de una casa abandonada, de la que no sabíamos nada, encendí mi cámara, Dani cogió la linterna.