Solitos los dos, íbamos paseando
por un campo plagado de maleza,
encontramos una roca donde me senté,
y bajo las ramas de un acebuche, te besé.
Nuestras risas ponían sonido,
a una pequeña tarde soleada
en la que tres horas,
se convirtieron en nada.
No sabía si estaba soñando,
o si tu voz era real
pero hoy he despertado,
sabiendo que fue de verdad.
no está nada mal.
ResponderEliminarGracias! ^^
ResponderEliminar