¿Te acuerdas? Suena el despertador de tu móvil, y mientras te miras al espejo -con ojeras y bostezando- piensas en aquella persona, la causa, el motivo de tu sonrisa durante todo el día, durante todos esas semanas, esos meses que pasaban tan rápidos, fugaces como estrellas durante una noche de verano contemplando las lágrimas de San Lorenzo. Os prometisteis estar juntos siempre, ¿recuerdas? Las horas se pasaban dibujando corazones en el pupitre del instituto, tu inicial y la suya unidas, seguro que sí te acuerdas, -estoy convencido- también de aquel año que fue inolvidable, imborrable para tu memoria, y que aunque han pasado unas cuantas primaveras sin apenas haberte percatado, no te olvidas de cada uno de los momentos que compartíais juntos, uña y carne, mejores amigos, mejores personas, un amor único, infinito en la inmensidad del aire.
Pero, la vida se tuerce, nada permanece en este mundo de promesas ignorantes y amores que creen ser eternos. A veces hay situaciones que odiamos, el cielo se nubla sin avisar y no tienes donde resguardarte de la tormenta. Escampa, después de la tormenta dicen que siempre llega la calma, aunque sin querer escuchas canciones y tu corazón se encoge, miras fotos como si pudiese parar el tiempo, sujetando las manecillas del reloj. Pero no puedo.
No puedo verte así, de esta manera ¿qué ha hecho que pierdas la sonrisa, niña?, ¿quién ha hecho que pierdas la ilusión por ver un nuevo amanecer con un nuevo amor? , con tu amor. Hay personas que aparecen en tu vida para enseñarte a vivir en los buenos y agridulces momentos, te dan lecciones que debes valorar para no volver a cometer los yerros de tu pasado. Mira hacia atrás, pisa el suelo de tu presente que y brinda -con ron, por favor- por los días que vendrán ¿Perdida la ilusión? No la dejes, cógela de la mano, de ilusión se vive, se respira y sonríe, pues no sabes quien puede volver a enamorarse, de ti, de tu sonrisa.
